Gonzalo Torné presenta una recopilación de textos de diversos autores y géneros junto a los escritores Miqui Otero y Anna Pacheco.
La antología Allí donde nos encontramos, publicada por la editorial Temas de Hoy y compuesta por 27 relatos de diferentes autores y épocas, se presentó recientemente en una rueda de prensa en el Bar de’n Rafael de Poble Sec, en medio de un ambiente que recreaba el subtítulo de la portada: un “Brindis, reuniones y abrazos” en la literatura clásica y moderna. En ella participaron Gonzalo Torné, escritor y traductor encargado de compilar el libro, junto con otros dos escritores incluidos en la obra, Miqui Otero y Anna Pacheco.
“Es una recopilación de textos muy variados en cuanto a tiempo y espacios con un elemento común; encontrarse”, señalaba Torné, explicando que en el libro podía aparecer sin problema “un pasaje de una novela china seguido de un clásico de Cervantes”. Algunos de los fragmentos seleccionados como los de Jane Austen, Jaime Gil de Biedma, Arthur Rimbaud o Emilia Pardo Bazán también se mencionaron durante la charla con Otero y Pacheco, los ‘dos únicos autores vivos’ del libro, como ellos subrayaron con una mezcla de gracia y orgullo —afirmando sentirse halagados de estar entre nombres de grandes escritores clásicos—.
Torné reveló que la obra pretende introducir dos juegos con el lector. Por un lado, mostrar la paradoja de que la lectura a veces parece que “aísla” al ser una actividad individual y no colectiva, cuando en realidad puede nutrir las relaciones sociales al volverlas ‘más maduras y divertidas’ tras el aprendizaje extraído de cada nuevo libro. Y en segundo lugar, trata de concienciar acerca de “la cantidad de cosas que se pueden hacer” en los espacios públicos —sobre todo a raíz de la pandemia—, ya que pueden servir tanto para “insurrectos” como para “enamorarse o separarse”. Hubo un momento de reflexión de los tres ponentes sobre los matices emocionales en los textos que conectan con los lugares donde los personajes se relacionan, en especial en torno a la figura del bar. Pacheco confesó que investigar a los autores de este libro y descubrir que “son sujetos sociales que van al bar” la ayudó a ganar seguridad con su imagen como escritora, ya que a veces sentía que no proyectaba ‘el perfil esperado’ de ella como tal. “Los veo como referentes a los que aspiro porque estoy estrechamente vinculada a las relaciones sociales”, recalcó. Para Otero en los bares “se discute sobre la agenda social del momento” además de argumentos de un tipo y del otro, por lo que acabó describiendo estos sitios como “un lugar de confesiones, hasta una familia de adopción cuando conoces realmente la parroquia. El bar es un escenario. Cada uno tiene su personaje y cada uno juega su rol”.
La antología nació en medio de aquel entorno. “Es un libro de conversación” declaró Torné, tras recalcar que la idea surgió justamente en una de ellas y que la portada le gusta mucho porque representa esta idea: “ invita mucho a leer y a regalar”. De igual modo, cuidaron que la selección y el orden de los textos fuese alternándose entre verso y prosa. Partieron de un caudal de lecturas y, luego de traducirlas, buscaron ediciones accesibles, entendibles, que pudieran funcionar independientemente y a la vez se vincularan por el reencuentro. Como indica el escritor, se fijó en que el contenido “fuera representativo, variado y al final inagotable”.