Joan de Sagarra se despide hoy, en la página 7 del suplemento Cultura/s, del periodismo. Sus líneas “sobre Simenon, Maigret y Depardieu son las últimas que publico en éste y en cualquier otro diario”, asegura. Se trata de una decisión y un momento importantes, dado que Sagarra (París, 1938) ha sido uno de los columnistas más influyentes y seguidos de la prensa catalana y española.

Lo era cuando a principios del siglo XXI regresó tras una larga etapa en El País a La Vanguardia, en la que había colaborado como crítico teatral entre 1980 y 1982. Antes de eso se hizo un nombre en varios medios, sobre todo en Tele/eXpress con su sección ‘El día de siempre’, donde supo recoger la enérgica palpitación cultural barcelonesa en los últimos años sesenta y primeros setenta, y creó el término gauche divine. De la sección salió un libro mítico, Las rumbas, editado por Kairós.

Sagarra publicó su primer artículo en Cultura/s el 18 de febrero de 2004. Lo dedicaba al montaje de Le cerisale (El cerezal ), de Antón Chejov, que había dirigido Georges Lavaudant para el Théâtre de L´Europe-Odéon. “Una pieza emblemática en cuanto supone, más que la transición entre dos Rusias (que sería la lectura progresista y esperanzadora) la transición entre dos mundos, el simbólico -lo inútil- y el económico. Dicho de otro modo: el triunfo del capitalismo”, escribió. 

A este texto siguieron otros sobre el boxeador Josep Gironés -recientemente reivindicado en una novela de Juan José Flores-; sobre la exposición parisina dedicada a Julio Verne y el mar; un repaso a la suerte póstuma de Jean Paul Sartre; un montaje, en Peralada, de la compañía Cuadra de Sevilla; recuerdos desde Aviñon de la actriz Maria Casares, gran amor de Camus e hija de Casares Quiroga; la acelerada trayectoria del poeta, novelista y gran reportero Blaise Cendrars; la civilización vitícola de Burdeos; las confesiones del abbé Pierre; la novela negra de Jean Patrick Manchette... 

Esos artículos aparecían como reseñas en distintas secciones del suplemento, con lo que la ubicación del autor en nuestras páginas iba cambiando, hasta que de común acuerdo decidimos que era mejor que contara con un espacio, “El mes de Joan Sagarra”, de ubicación y periodicidad fija. 

Y allí hablaría de lo que quisiera: un viaje a Turín, a Nápoles o a Trieste; la relación entre Josep Pla y su padre, Josep Maria de Sagarra (este texto, del 27 de septiembre de 2006, verdaderamente revelador); la recién aparecida novela de Jonathan Littell Las benévolas; el encuentro fallido de Jacques Brel, Léo Ferré y Georges Brassens; la vida y milagros del “tío Alberto” Puig Palau...

En fin, que con los dos centenares de artículos mensuales aquí publicados, a sumar a los aparecidos en este periodo semanalmente en su sección dominical ‘La Terraza’, Sagarra ha dejado una parte importante de su producción en La Vanguardia.

 ¿Qué caracteriza su periodismo? Amplísima cultura -es en muy buena medida un periodismo cultural-, de raigambre barcelonesa, catalana, francesa, italiana, muy europea (me da la impresión de que, dejando aparte el cine de Hollywood y el jazz, el mundo estadounidense le es bastante ajeno, como lo que hoy llamamos “world culture”: asiática, africana, etc.); de base literaria y gran tirada hacia al teatro (las artes plásticas no parecen interesarle); así como hacia la “chanson” del país vecino. 

También sentido narrativo, con dominio de la observación en primera persona: los detalles de su vida diaria añaden a menudo riqueza anecdótica; una hábil y dosificada combinación de sentimentalismo y acritud; excelente memoria y amplia red relacional que le permite trazar magníficos retratos al aguafuerte de sus amigos (y algún enemigo), así como ubicar socialmente las cuestiones con exactitud. 

A lo largo de los años nos hemos ido viendo, generalmente en la cafetería Sandor de la plaza Francesc Macià, para hablar del suplemento y de la vida. Con la pandemia la relación se hizo telefónica. En primavera del 2020 me planteó que sus Rumbas iban a cumplir 50 años; le hacía ilusión reeditarlas, y lo hicimos en Libros de Vanguardia, incorporando homenajes de José Martí Gómez, Enrique Vila-Matas, Miquel Molina y Begoña Gómez Urzaiz, propiciando así nuevas lecturas generacionales y devolviendo a librerías una obra que nunca hubiera debido dejarlas.

Joan de Sagarra, ha sido un honor contar contigo en estas páginas; espero que tengas un fructífero y muy grato retiro.

Foto: Xavier Cervera