“Pocos autores del panorama español, partiendo de un compromiso firme con su lengua, han conseguido alcanzar tal reconocimiento a nivel mundial”, apunta el jurado sobre el escritor gallego
El escritor gallego Manuel Rivas (A Coruña, 67 años) ha sido galardonado hoy martes con el Premio Nacional de las Letras Españolas 2024. En un día especialmente desapacible en Sevilla, el premio ha sorprendido a Manuel Rivas tanto como la lluvia. O quizás no tanto. “Yo creo que el agua me lo ha traído [el premio], como animal anfibio que soy”, bromeaba el escritor, haciendo un paralelismo con unas condiciones meteorológicas que le son especialmente familiares debido a su condición gallega.
El jurado ha destacado al autor por “la extraordinaria calidad narrativa que aúna fuerza emocional y belleza formal y por la solidez de una trayectoria versátil y coherente construida con la sensibilidad y la defensa de la memoria histórica, la responsabilidad social y la lengua gallega. Pocos autores del panorama literario español, partiendo de un compromiso firme con su lengua, han conseguido alcanzar tal reconocimiento a nivel mundial”, como recoge un comunicado enviado por el Ministerio de Cultura, que otorga el reconocimiento. El galardón, dotado con 50.000 euros, distingue cada año “el conjunto de la labor literaria de un autor”.
Manuel Rivas se encuentra estos días en Sevilla para participar en el festival Hispalit, que se celebra en el marco de la Feria del Libro de la capital andaluza. No obstante, en el transcurso de una rueda de prensa improvisada en el hotel en el que se aloja, quedó claro que Rivas no es capaz de separarse, emocional ni discursivamente, de Galicia. “Éste es un premio para compartir y no para competir. Nací en un ambiente rural, en el que se hablaba galego, nos decían que hablábamos mal, pero gracias a esa tradición oral he sido capaz de volar. Me siento muy agradecido a esa forma de resistencia que han sido nuestra tradición y nuestra lengua”, explicaba.
Para Rivas, la literatura “en estos tiempos” es un acto de resistencia, “está en extinción”, esgrimía, casi sin necesidad de que los periodistas le hicieran preguntas, hilando un pensamiento al siguiente, de la literatura a la conciencia cívica, del compromiso político a la poesía. “Antes Europa era un espacio de ilusión, pero ha pasado todo esto en el mundo, este giro retrofuturista, que ahora siento que hay una guerra contra la mujer y contra la naturaleza. Sólo espero que la pulsión creativa pueda más como energía que lo demás”. No en vano, el jurado ha señalado que su obra “acompaña su activismo, con una pluma que, sin adoctrinamiento, agita conciencias, induce a la reflexión y estimula el pensamiento hacia la defensa de la pluralidad lingüística y cultural y hacia la igualdad de género”.
El narrador, poeta, ensayista, ocasionalmente dramaturgo y colaborador de EL PAÍS, es conocido sobre todo por sus novelas y libros de relatos, entre los que destacan ¿Qué me quieres, amor? y El lápiz del carpintero. Acaba de publicar Detrás del cielo, su regreso a la novela después de una década. Sus obras han sido traducidas a distintos idiomas y también adaptadas al cine. “No me cambio el uniforme para escribir una cosa u otra. Esto de narrar es un zurcido invisible y existe la misma voluntad de estilo para un reportaje que para escribir un cuento”, se explayaba ayer en Sevilla
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha felicitado al escritor coruñés desde su cuenta de X: “Es de esos escritores que aviva, con su obra, el fuego originario de las palabras. Representa la esperanza, la memoria y el poder de la literatura para transformar el mundo. Por todo ello, @culturagob le otorga hoy el Premio Nacional de las Letras 2024″. Manuel Rivas es miembro de la Real Academia Galega (RAG) y codirige la revista en gallego Luzes, junto con el periodista y también colaborador de EL PAÍS José Manuel Pereiro. Es el primer autor en lengua gallega que recibe el galardón nacional desde su creación en 1984. Poco después de conocerse la noticia del premio, la RAG también se ha hecho eco a través de X y ha felicitado al escritor.
La obra de Rivas, escrita originalmente en gallego, está traducida a unas 40 lenguas y compuesta por medio centenar de publicaciones. Como narrador, su fama en Galicia le llegó con Un millón de vacas (1989), Premio de la Crítica Española, un libro de cuentos al que siguieron Os comedores de patacas (1991) y En salvaxe compaña (1994), Premio da Crítica de Galicia. Con Que me queres amor? (1996), ganó el Premio Torrente Ballester y el Nacional de Narrativa. Uno de los relatos de este libro, La lengua de las mariposas, fue llevado al cine por José Luis Cuerda en 1999. Un año antes, O lapis do carpinteiro (1998), también llevado al cine, cosechó el Premio de la Crítica Española; el de la Asociación de Escritores en Lingua Galega; el Premio Arcebispo Xoán de San Clemente, otorgado en Santiago por lectores adolescentes, y el Premio 50 Aniversario de la sección belga de Amnistía Internacional.
A partir de ahí, Rivas siguió compaginando su labor de articulista de prensa con la publicación de una obra al año, aproximadamente, hasta que volvió a acaparar numerosos premios literarios dentro y fuera de Galicia con la novela Os libros arden mal (2006). Detrás del cielo, en su versión original Tras do Ceo (publicada en Galicia por Edicións Xerais), es la primera novela de una serie que, según la editorial viguesa, se vertebrará en la “depredación natural y social”, “la caza del hombre por el hombre”.
En 2022, Manuel Rivas recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que otorga el Ministerio de Cultura. Aunque nació en el barrio de Monte Alto en A Coruña, desde hace años vive en el municipio coruñés de Vimianzo, en la Costa da Morte. Le gusta contar que nació en una calle con nombre de islote, A Marola, y que es hijo de un albañil y una lechera. Mientras su padre deseaba que siguiese sus pasos, su madre le recomendó buscarse un trabajo que no fuese a la intemperie, para “no mojarse” en una costa húmeda y ventosa como es la del noroeste gallego. A los 15 años empezó a redactar noticias en el periódico coruñés El Ideal Gallego, y después se fue a Madrid a estudiar periodismo. En 1976, solo un año después de la muerte de Franco, entró a formar parte de la redacción de la revista Teima, semanario escrito en gallego. Casado y padre de dos hijos (Martiño, actor, y Sol Mariño, poeta), Rivas siempre se ha significado como defensor del medio ambiente, y fue socio fundador y miembro directivo de Greenpeace España además de activista destacado del movimiento Nunca Máis que nació tras la catástrofe del petrolero Prestige.
Foto Ángel L. Fernández