Jaume C. Pons Alorda (1984) es un torrente de energía poética en combustión. Profesor de escritura creativa, traductor, poeta, narrador, cuentista, articulista y entrevistador, ahora presenta nuevo libro de poemas, Era (LaBreu). Un título de una sola palabra, cargada de sentidos. "Era es el espacio telúrico de la tierra, también el que yo fui, y también una época –detalla–. Y también es un libro que llega en el mejor momento, cuando tengo 33 años, para celebrar mi crucifixión espiritual".
La analogía puede resultar provocadora, pero está llena de intenciones. En el epílogo del libro, Lucia Pietrelli afirma que el poemario "se compone de fragmentos de un discurso sobre las religiones de nuestro tiempo". Cómo ilumina el poema final: "Aquestes són algunes de les religions del meu temps, / amb tot el que té de negatiu dir religions, / amb tot el que té de mentida dir el meu temps, / perquè el temps, sortosament, no és de ningú / i perquè ningú, desgraciadament, no és del seu temps."
Un discurso alimentado por lecturas y visiones impactantes, que van desde los detectives metafísicos de True detective –"me ayudaron a encontrar una respuesta"– en el fabuloso tránsito de Jep Gambardella por las calles de Roma a La grande bellezza, hecho también por el poeta, lugar por lugar, en un recorrido que "me ayudó a orquestar los poemas, divididos en escenas y espacios de la ciudad". Era bebe de los estímulos que provocan estas obras, pero sin obviar un hecho determinante: "acabé de escribir el libro cuando murió en Francesc Garriga. Ya no pudo de leerlo".
Poemas ordenados como un espejo
El poemario está formado por 39 poemas. "Me gusta porque es múltiplo de 3 y porque me funciona para hacer el juego de ordenación en un espejo: justo en medio queda el poema 20-20", explica Pons Alorda. "Necesitaba el recurso del espejo para hacer la balanza cósmica, porque creo que cada acto tiene su réplica, talmente el que hace David Lynch a sus películas, donde todo tiene una parte positiva y una negativa".
Dos partes que también tienen una correlación de fuerzas con el prólogo de Eduard Sanahuja y el epílogo de Lucia Pietrelli, un esquema que el poeta ha repetido en cada uno de los libros que ha publicado. "Siempre lo he hecho así –explica–, porque me gusta que haya un texto hecho por alguien de la generación del 70, que yo tanto admiro, junto a una voz a alguien joven a quien quiero, de mi generación".
El libro también supone el regreso de Pons Alorda a LaBreu. "Es fantástico volver con ellos, después de esta relación tan larga que mantenemos". Una publicación que supondrá el fin, literal, de una era. "Ahora haré una larga época de parada. Era es un final de época y el comienzo de otra. Me quiero dedicar a Escuelo d'energia, una compilación de todos los cuentos que he escrito hasta ahora, y a La festa de mantances, una novela que hace unos cuántos años que estoy escribiendo". Nuevos caminos que pondrán más piezas a un universo creativo poliédrico e imparable.
Esteve Plantada
Foto Albert Alcaide