Serguei Dovlàtov nació en 1941 en la ciudad de Ufà, y murió casi cincuenta años después en Nueva York. Estudió en la Universidad de Leningrado. Entre otros trabajos, fue de periodista en Leningrado y más tarde de guía en el Parque Puixkin. Muchas de estas experiencias, las trasladó al papel en títulos como Los nuestros, El compromiso, La maleta, La zona y El parque, todos ellos publicados por LaBreu Edicions. Hasta la llegada de la Perestroika, en la URSS sólo publicó como periodista, nunca como narrador. Durante mucho años tuvo que publicar sus cuentos de forma clandestina. A finales de los años setenta, las autoridades soviéticas lo invitaron  ''a abandonar el país''. Durante el exilio americano, acabó recibiendo el reconocimiento que se merecía, con la publicación de sus relatos a The New Yorker. Pero no fue hasta el derrumbamiento de la Unión Soviética, un año después de su muerte, que las obras de Dovlàtov pudieron ser publicadas en su lengua original.

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Borís Alikhànov hace tiempo que no tiene trabajo, se acaba de separar y decide pasar el verano haciendo de guía en el Parque Puixkin. Una buena manera de huir de los dolores de cabeza y hacer suya  la ciudad de vacaciones. Vive a un alojamiento destartalado que paga en especies: aguardiente y cigarrillos. Borís va trampeando entre un personal devoto del poeta Puixkin, la gente del pueblo y atendiendo a los grupos organizados que suben en autobús de visita al paraíso de abedules y arte, haciendo uso creativo de sus recursos literarios y vitales. En el Parque recupera un cierto equilibrio, entre una moderada jovialidad y una tristeza resignada en un microcosmo – supuestamente – benigno, una miniatura de la Unión Soviética. Pero, de vez en cuando, tiene el presentimiento que aquello no puede durar por siempre jamás. Y no se equivoca, recibirá una visita imprevista que lo desmontará. De repente, se avergonzará de la casa, del trabajo, las concesiones que ha hecho y se verá abocado a replantearse su futuro topando con la cruda realidad de la cual pretendía escapar: la posibilidad irreal de tomar las riendas de su destino.