La Junta Directiva de l' ACEC ha decidit atorgar al 15è Premi José Luis Giménez-Frontín a l'escriptor Pepe Ribas
El lliurament tindrà lloc el 25 de novembre a les 19.00 hores
Glossa a càrrec de David Castillo
Aula Verdaguer, entrada de carruatges de l'Ateneu Barcelonès. Carrer Canuda, 6 de Barcelona
Pepe Ribas acaba de cerrar una exposición en el Palau Robert que ha recuperado el movimiento contracultural de los años setenta en España, pionero de una modernidad que aún no hemos conquistado.
El periodista, cofundador de Ajoblanco, la revista que fue uno de los vértices de la contracultura, recuerda cómo en aquella época se forjó una nueva mirada y una nueva forma de afrontar la vida, sin clases ni jerarquías, a base del diálogo y la comprensión, del nosotros sobre el yo, una filosofía libertaria en un camino de libertad que no se ha agotado, sino todo lo contrario.
Contracultura
Con centro en Barcelona y polos en Sevilla y Madrid, puso las bases del ecologismo, el feminismo, la homosexualidad y el sexo libre
Aquel movimiento, centrado en Barcelona pero con polos en Sevilla y Madrid, puso en España las bases del ecologismo, el feminismo, la homosexualidad y el sexo libre. Defendía una vida alternativa al capitalismo, ajena al pecado y a la división entre izquierdas y derechas.
El tardofranquismo, simbolizado en un dictador paquidérmico que se moría poco a poco, desatendía el control de espacios callejeros y gratuitos de los que se apropió la contestación cultural. La Rambla de Barcelona era un ágora griega y el pabellón de los deportes de Granollers un templo para practicar los nuevos rituales escapistas y transformativos que ofrecían la música y el ácido.
No queríamos el poder, sino transformar el día a día”
"No queríamos el poder -recuerda Ribas-, sino transformar el día a día". La poesía era importante y también la vida en común. El trueque permitía viajar y aprender, vivir en comunas, "en la necesidad de encontrar al otro".
Aquel movimiento despareció con la democracia. Las izquierdas políticas se aprovecharon de él, asumieron la gestión cultural y, a través de las subvenciones, ahogaron la creatividad. El nosotros sucumbió bajo el peso del yo, el arte se convirtió en un producto comercial y la cultura en un espectáculo.
Pepe siente nostalgia por aquellos años, pero no pierde la esperanza. Está convencido de que "los jóvenes van a evitar el colapso" al que nos vemos abocados por las guerras, las crisis climáticas y económicas. Confía en que ellos también sabrán "vivir para comprender al otro" y crear un mundo mejor basado en los ideales libertarios.
Premio José Luis Giménez-Frontín
La Asociación Colegial de Escritores de Cataluña (ACEC) instituyó el Premio José Luis Giménez-Frontín en el año 2010 para rendir homenaje y mantener vivo el espíritu de la obra de quien fue fundador, presidente y secretario general de la entidad, y una de las figuras intelectuales más importantes de la Cataluña actual. El galardón, de carácter honorífico, distingue a una figura del mundo de las letras que haya destacado por haber contribuido al acercamiento entre culturas. Los miembros de la Junta Directiva de la ACEC, presidida entonces por Montserrat Conill, decidieron buscar la manera de rendirle homenaje y, unanimamente, destacaron como aspecto más representativo de una obra poliédrica como la suya –Giménez-Frontín era poeta, narrador, ensayista, articulista y gestor cultural– la disposición al diálogo que impregna toda su producción y caracteriza su trayectoria intelectual y humana, y lo convierte así en un referente a la hora de encontrar puntos de contacto y vías de aproximación entre ideas y culturas diversas.
José Luis Giménez-Frontín (Barcelona, 1943 - 2008) Era poeta, narrador, ensayista, traductor y crítico literario. En 1981 y 1991 ganó el Premio Ciutat de Barcelona de Literatura en lengua castellana con el poemario Las voces de Laye y la novela Señorear la tierra, respectivamente, y en 2006 obtuvo el Premio Esquío de Poesía por Réquiem de las esferas. Fue lector en las Universidades de Oxford y Bristol y, durante casi quince años, director de la Fundació Caixa Catalunya. Había sido vicepresidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), cofundador, presidente y secretario general de la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña (ACEC) y miembro de la Asociación Internacional y la Associació Catalana de Crítics d’Art. Su trayectoria cultural en el mundo francés le valió la condecoración de Chevalier de l’Ordre National du Mérite.
Su trayectoria en el ámbito del ensayo y la divulgación cultural se manifestó en obras como El Surrealismo (primera versión, 1978), Camilo José Cela: texto y contexto (1984) y la guía-catálogo del Museu Teatre-Dalí de Figueres (1994). Sus títulos narrativos más recientes fueron Señorear la tierra (1992) y La otra casa (1997), mientras que en el registro memorialístico cultivó obras como Woodstock road en Julio. Notas y diario (1996) y Los días contados (2008). Sus primeros libros de poesía (La sagrada familia, Amor omnia, Las voces de Laye y El largo adiós) fueron recopilados por Pilar Gómez Bedate en Astrolabio. Antología 1972-1988 (1989). También editó La ruta de Occitania, Poesía reunida(1972-2006); Zona cero (2003); Réquiem de las esferas (2006) y Tres elegías (2007). Como traductor había traducido obras de Lewis Carroll, Flannery O’Connor, Maurice Nadeau, Jean Jaurès, Salvat-Papasseit y Roselló Porcel.
Premiados anteriormente
Año 2023 Agnès Agboton
Año 2022 Pere Gimferrer.
Año 2021 Josep Maria Pou i Serra
Año 2020 Sergio Vila-Sanjuán
Año 2019 Rosa Lentini
Año 2018 Ricardo San Vicente
Año 2017 Agencia Literaria Carmen Balcells
Año 2016 Joaquín Marco Revilla
Año 2015 Carlos Vitale
Año 2014 Lluís Cabrera
Año 2013 Joan de Segarra
Año 2012 Carme Riera
Año 2011 Anna Maria Moix
Año 2010 Enrique Badosa